Golpe de estado electoral en Guatemala

Desafío a la democracia y estado de derecho de Estados Unidos y Canadá

Por Grahame Russell, 25 de julio de 2023


¿Se permitirá que el pueblo guatemalteco vote por un gobierno que sea realmente democrático por primera vez desde 1954?

¿O será que los Estados Unidos y Canadá se quedarán de brazos cruzados mientras su "aliado democrático" de toda la vida -el gobierno represivo y bien llamado "Pacto de Corruptos"- lleva a cabo ataques sostenidos contra el proceso electoral y el Partido Semilla?

Son preguntas a las que estadounidenses y canadienses deben enfrentarse en vísperas de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Guatemala, del 20 de agosto.

Guatemala ha recibido una mayor atención de los medios de comunicación internacionales en las últimas semanas. El "Pacto de Corruptos" -una alianza de jueces, fiscales, políticos y élites económicas y militares, que dirigen el país a su favor, con impunidad- ha estado llevando a cabo ataques descarados, al estilo "6 de enero/Trump", contra las aspiraciones democráticas del pueblo guatemalteco, apuntando al proceso electoral mismo y al Partido Semilla, favorito para ganar la segunda ronda de votación del 20 de agosto.

El 25 de junio - para sorpresa de la mayoría de guatemaltecos, observadores internacionales y seguro el Pacto de Corruptos, el partido de oposición llamado Movimiento Semilla terminó en segundo lugar en las elecciones Presidenciales de primera vuelta, lo que obligó a una segunda vuelta contra el Partido UNE.

El Partido Semilla surgió a raíz de protestas contra la corrupción que en 2015, derrocando al presidente Otto Pérez Molina y a la vicepresidenta Roxana Baldetti, «aliados democráticos» de los EEUU y Canadá y acusados de dirigir una red de corrupción que robó 120 millones de dólares de fondos públicos. Pérez Molina, ex general del ejército, es también un presunto criminal de guerra por masacres, asesinatos y desapariciones forzadas cometidos por regímenes militares respaldados por EEUU en las décadas de 1970, 1980 y principios de 1990.

El Partido Semilla y su líder, Bernardo Arévalo, han hecho la erradicación de la corrupción uno de los ejes de su campaña.
 

Golpe de Estado electoral a la vista de todos

En respuesta al éxito del 25 de junio del Partido Semilla, las élites guatemaltecas iniciaron un asalto de "guerra legal", utilizando su red de fiscales y jueces corruptos para presentar cargos falsos contra el Partido Semilla y el proceso electoral. En respuesta, los guatemaltecos hambrientos de democracia han salido a las calles del país en defensa de su derecho al voto.

La "guerra legal" continúa hoy, sin cesar. No se pueden descartar la represión general contra la población o ataques selectivos contra miembros del Partido Semilla a medida que se acerca el 20 de agosto.

Un buen «aliado democratico»

Aunque la atención de los medios de comunicación se ha centrado en los ataques contra el proceso electoral y el Partido Semilla, se ha pasado por alto el hecho de que estos acontecimientos afectan tanto a la democracia y al estado de derecho en EEUU y Canadá como en Guatemala.

Desde 1995, he trabajado como director de la organización sin ánimo de lucro Rights Action, con sede en EEUU y Canadá. He sido testigo directo de violaciones sistemáticas de los derechos humanos, violencia política y asesinatos llevados a cabo por sucesivos gobiernos del Pacto de Corruptos.

He visto cómo estos gobiernos convertían en arma de guerra la administración de justicia, apoderándose y utilizando los tribunales, el Ministerio Público y la policía para amenazar, encarcelar, obligar al exilio, o asesinar a defensores de la tierra indígenas y no indígenas, y a cientos de jueces, fiscales y abogados, periodistas y propietarios de medios de comunicación.

En la mayoría de casos, estos actos se han llevado a cabo con el pleno conocimiento de los gobiernos estadounidense y canadiense, como se documenta en el «TESTIMONIO Canadian Mining in the Aftermath of Genocides in Guatemala» (Between The Lines, 2021, https://btlbooks.com/book/testimonio), que coedité con la profesora Catherine Nolin.

En los últimos diez años, los medios de comunicación norteamericanos han informado sobre la difícil situación de millones de migrantes forzados que intentan desesperadamente cruzar México y entrar en los EEUU. Un número desproporcionadamente alto de estos refugiados y migrantes forzados huyen de Guatemala.

Muchos han huido de las luchas por la defensa de la tierra, el medio ambiente y los derechos humanos que apoya Rights Action, tras haber sufrido desalojos y violencia a manos de sucesivos gobiernos del Pacto de Corruptos en asociación con bancos y empresas transnacionales de los sectores de minería, presas hidroeléctricas y producción "para exportar" de palma africana, caña de azúcar, plátanos y café.

Sin embargo, frente a la explotacion y represion, corrupcion e impunidad, frente a los innumerables Guatemaltecos obligados a huir de sus comunidades y de su pais, los gobiernos (empresas y bancos) de EEUU y Canadá han priorizado sus intereses políticos y económicos por encima de las cuestiones básicas de la democracia, los derechos humanos, el estado de derecho y la garantía de un nivel mínimo básico de condiciones de vida dignas para las y los guatemaltecos.

Los gobiernos corruptos y las élites económicas interpretan sus alianzas con (y silencio de) EEUU, Canadá y otros gobiernos y actores de la «comunidad internacional» como, de alguna manera, una carta blanca para seguir actuando con impunidad. Durante décadas han utilizado las elecciones para dar un barniz de democracia, mientras trabajaban para garantizar que su poder y su riqueza permanecieran incontestados. 

De la "primavera" a un largo y frío invierno

Los líderes y simpatizantes del Partido Semilla llaman a su movimiento la "segunda primavera", en referencia a un período de 10 años (1944-1954) de la historia de Guatemala conocido como la primavera. Este periodo comenzó con la elección en 1945 del primer Presidente verdaderamente democrático del país, Juan José Arévalo, y la elección en 1950 de su sucesor, el presidente Jacobo Arbenz.

Ambas administraciones realizaron importantes inversiones en la salud pública y educación, ampliaron los derechos a votar, y lucharon por la protección de los trabajadores, la reforma agraria e iniciaron el largamente atrasado proceso de empezar a reconocer los derechos y las reivindicaciones históricas sobre la tierra de los pueblos indígenas, principalmente mayas.

Fuente: @festivalesgt

Esta primavera democrática terminó violentamente en 1954 con un golpe de Estado orquestado por EEUU que derrocó al gobierno del presidente Arbenz y devolvió el poder a las élites económicas, militares y políticas tradicionales que habían gobernado durante la dictadura del general Jorge Ubico Castañeda, apoyada por EEUU, entre 1931 y 1944. 

Estas élites son precursoras de los actuales gobiernos del Pacto de Corruptos.

"Gloriosa Victoria", de Diego Rivera

El golpe estadounidense de 1954 que derrocó al gobierno de Arbenz. Primer plano: Director de la CIA Allen Dulles estrecha la mano del "líder" golpista (seleccionado por EEUU) Coronel Castillo Armas. La mano de Allen descansa sobre una bomba con la cara del presidente estadounidense Dwight Eisenhower. Detrás de Allen, su hermano John Foster Dulles, jefe del Departamento de Estado, y John Peurifoy, embajador en Guatemala, entregan dinero en efectivo a los mandos militares guatemaltecos. Un sacerdote católico oficia la matanza de mayas y otros guatemaltecos pobres. Trabajadores explotados transportan plátanos de la United Fruit Company.

Canadá, que se negó a establecer relaciones diplomáticas con Guatemala durante los 10 años de primavera democrática, finalmente estableció relaciones diplomáticas en 1961.

A los votantes guatemaltecos no se les escapa que el actual candidato del Partido Semilla, Bernardo Arévalo, es hijo de Juan José Arévalo. El Pacto de Corruptos está decidido a detener la posibilidad de que llegue al poder un gobierno verdaderamente democrático, y un segundo "Presidente Arévalo" a la cabeza.

Esto nos lleva de nuevo al papel de EEUU y Canadá. Desde el golpe de 1954, EEUU, Canadá y las empresas transnacionales han mantenido plenas relaciones económicas, políticas y militares con 69 años de gobiernos represivos y corruptos (algunos mas, otros menos), haciendo invariablemente la vista gorda ante la explotación sistémica y el despojo, la represión, corrupción e impunidad.

Mientras el pueblo guatemalteco se moviliza en todo el país en defensa de su proceso electoral, el pueblo estadounidense y canadiense también debe movilizarse, y exigir a nuestros líderes políticos que hagan lo que dicen hacer siempre: apoyar y exigir respeto a la democracia. 

Dejemos que el pueblo guatemalteco decida, por primera vez desde la primavera democrática de 1944-1954, quién quiere que sea su Presidente.


Grahame es director de Rights Action (www.rightsaction.org). Gracias a Michael Bakal (www.vocesymanos.org/) por su ayuda con este artículo.

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